El 10 de Agosto de 1809 creció entusiasta gracias a postulados provenientes del despotismo ilustrado europeo; esto a consecuencia de un pueblo francés descontento, muerto de hambre, en un contexto matizado por el desarrollo de la naciente burguesía. Llega así la Revolución Francesa (1789), paralelamente los Estados Unidos obtienen su independencia en la guerra de Yorktown, en contra del Reino Británico y finalmente la firma del tratado de Paris (1783).
Todos estos hechos históricos abrieron un espacio para el desarrollo independentista en Latinoamérica; en la Presidencia de Quito se darían algunos levantamientos populares que fueron el principio para el descontento en contra de la corona española. Se darán revueltas como la de las alcabalas, de los estancos, etc.
Unos de los principales personajes para el inicio de la nueva perspectiva anti colonizadora es la de Eugenio Espejo, quien recibe influencia de los pensadores franceses como Voltaire, Rousseau y Robespierre, promulgo el derecho de igualdad para los criollos, indígenas y mujeres, idea rechazada por los próceres independentistas.
Para el año de 1808, existen las primeras reuniones de varios criollos denominados patriotas, en 1809, el 7 de agosto, los independentistas se reunieron para elaborar la primera acta revolucionaria en la casa de X. Ascazubi y así determinar el proceder para la independencia; finalmente la reunión se da el 9 de agosto en una aparente fiesta de Manuelita Cañizares en “El Sagrario”. Para la madrugada del 10 de agosto se da marcha al acta.
Antonio Ante da a conocer la destitución al Conde de Ruiz de Castilla (presidente de la Real Audiencia de Quito y asesino de Tupac-Amaru en Perú). Morales y Quiroga se conmueven con el éxito del levantamiento al Marqués de Solanda (titulo otorgado a originarios de la audiencia de Quito por el servicio y lealtad a la Corona Española) y el Márquez de Selva Alegre. (De ideales progresistas, no aceptó el enfrentamiento de sangre así que decidió después eliminar la junta y devolver el gobierno al conde Ruiz).
Constituida la Junta Suprema de Gobierno, se forma una nueva organización gubernamental basada en esta, como presidente se declaró a Juan Pío Montufar, Márquez de Selva Alegre. Como resolución de Junta de Gobierno se redacta la carta entregada al Conde Ruiz, para el Rey de España Fernando VII, sobre el descontento en la Colonia, y por tanto la creación de gobiernos provisionales para evitar el peligro a su persona de las autoridades españolas.
Ya para las seis de la mañana del 10 de agosto de 1809 se proclamó a los nuevos miembros del gobierno ejecutivo puesto como presidente el Marqués de Selva Alegre y los ministros el Marqués de Orellana, de Solanda, de Miraflores, el Conde Guerrero, Manuel Zambrano, Pedro Montufar y Quiroga. Pese a ello, los cuarteles quiteños mantuvieron la lealtad a la Corona Española lo que causo el principio del caos en la Real Audiencia de Quito.
Aparentemente el trabajo realizado por estos idealistas se convierte en una causa de honor y libertad, pero entendemos que no simplemente estas figuras se enfrentaron contra todo el potencial de la Corona Española, pues en España el panorama era totalmente distinto. La corona tenia primero que cuidar su patrimonio, tanto así en nuestro continente en la época independentista la corona española no contaba con caballeros de descendencia Ibérica, sino con indios originarios de América, al igual que los miembros del ejército “Libertador”.
La economía se recreaba en las haciendas, mitas, obrajes, encomiendas, etc. Concentraba a la mayoría de la población en dichas plazas de trabajo, que más bien eran centros esclavistas; pocos criollos o algunos mestizos con “suerte” podían salvarse de pasar sus días alimentando ese tipo de economía, la población sumida en la miseria concentraba dentro de si los deseos de emancipación, y quien más que ellos que sufrían en carne propia el pesado brazo de la ley de la Corona.
Los próceres independentistas llevaban dentro de si un fantasma, el de los modelos burgueses nacientes en Europa, idealizados por sus filósofos, con aparentes discursos de libertad y de reconocimiento del derecho humano, que para la época e incluso ahora, sonaban como palabras mágicas y redentoras. Es sí que la inspiración libertaria nace como una emulación a la idealización burguesa.
En Quito como en otros centros poblados de América el panorama para la Corona se veía gris, las condiciones mismas de la vida potenciaban un levantamiento y despojo del poder de esta, lo que fue aprovechado y canalizado en manos de los próceres y el ejército “Libertador”.
El 10 de Agosto se celebra como la culminación de una época de tiranías y explotación, siempre cubierta por una manta de racismo, y el inicio de una nueva gloriosa época de la cual, supuestamente deberíamos sentir orgullo de forma total; esto nos resulta incomprensible, pues si en dicha época los antes mencionados centros laborales se basaban en la explotación y discriminación de indios, negros, mulatos es decir de la clase marginada, ya en la época republicana se continuaba viviendo el mismo hecho, basta citar el ejemplo de 1940 donde las haciendas aún constituían uno de los principales medios de producción económica, entonces nos preguntamos ¿Dónde estaba el cambio?, ¿Por qué sentir un orgullo exacerbado de ese acontecimiento?, la respuesta es sencilla, el 10 de Agosto es un pretexto para mantener la vigencia de un modelo económico que respalda a unos pocos y condena al resto.
Nuevamente se repite la Historia, el protagonismo de unos pocos anula cualquier intento de reconocimiento a los verdaderos héroes, que han sido, y siempre serán nuestros hermanos, nuestros compañeros, a los que el trabajo y la discriminación han marcado como el único grupo humano capaz de dar respuestas a sus demandas. Ha sido el pueblo mismo, los hombres y mujeres, explotados y maltratados, que han visto caer delante de si a sus hijos, hermanos, padres, compañeros, quienes han levantado la bandera de la libertad.
Lo que envuelve el “Bicentenario”, trae consigo varios actos a lo largo de todo el continente, que refuerzan estos conceptos colonizadores y esas versiones de la historia escrita por los menos, para ser aceptada por los más.
Las líneas anteriores surgen de una indignación que aumenta, cuando se usa el nombre de Bolívar como un revolucionario, un libertador, un socialista, y peor aún, como un libertario; mezclando una serie de representaciones y significados propios del Capitalismo, que se muestra de diversas formas, con nuevas caras, mostrándose amable ante un Pueblo Sudamericano alienado y enajenado, capaz de aceptar como ciertas todas esas artimañas y versiones alteradas de la historia.
El 10 de Agosto debe ser recordado como el día en el cual, el Pueblo se levanta contra la Corona extranjera. Se trata de un hecho histórico marcado por un contexto propio, el comienzo de paso de modelo de producción –cosa que incluso hasta nuestros días, no ha podido ser superada completamente, pues en el país aún existen relaciones de corte feudalista-, el cambio en el modelo administrativo –la conformación del Estado-, la lucha heroica de un Pueblo, el comienzo de la estratificación social y la consecuente aparición del proletariado y la burguesía.
¡Contra la mentira y exageración amparada por el Gobierno traidor de Correa, re-significación de la historia y profundización de la lucha de clases!
¡Solo el Pueblo es quien puede combatir por la Libertad a favor de sus intereses propios! ¡Recordar a los verdaderos héroes que murieron por la Libertad nos ha de llenar de gloria!